...Último texto, por Romperme*

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ON AIR
ó
"Qué será de nosotras cuando hayamos muerto"

            Sobre el asfalto descansa casi inocente el cuerpo de una mujer a la que, aprovechando un fundido en negro, le habían robado el bolso (o el corazón, según se mire), aunque esa no sería la verdadera causa, de su muerte si es que alguna vez albergó un poco de vida en su trágico cuerpo; la parca tuvo que alcanzarla incluso antes de que pudiéramos llegar a reconstruir su memoria.

Primero llegaron los curiosos y luego los pervertidos; todos miraban, orbitando alrededor de la esfinge dorada, recorriendo con sus ojos los secretos de aquella especie de divinidad olvidada y semidesnuda. Por fin(!) aparecieron los famosos merodeadores, más oscuros y más insaciables, se arrastraban con precaución y desánimo, eran por eso más sigilosos y más oscuros que sus hermanos, los cazadores.
El último mono fue el poeta que existió al disparar su cálamo y apoyándolo en la parte inferior de su boca susurró: ...ya las lineas de sus manos dibujan hermosas corrientes de lava sobre el asfalto. Las sirenas no cantaban entonces, en aquel teatro, solo se percibían los trazos que empezaron a desmontar esta historia a coro:

En los ojos de una mujer pude oler el sabor del mar templado, como la sal abrasa el pulmón antes de caer sobre mi todas sus tormentas.

-Presentí que un buen vecino había llamado a la policia, él mismo se había sorprendido al verse ante el espejo, sintió un miedo atroz, y aquel sentimiento le invadió por completo, lo animó a bajar a la calle y jugar, jugar de alguna manera con aquel... "cadaver". Pero fue, al pronunciar esta palabra en voz baja y mirándose fijamente a los ojos en el cristal, cuando se descubrió su naturaleza y, a oscuras, junto al viejo ventanal, decidió llamar a su prima que, de hecho, era policía.

-En poco tiempo, a todos nos alcanzó la tragedia.

La culpa, la lujuria encarnizada del esclavo, revolvió las entrañas de cada hombre en la tierra y los obligó a vomitarse hasta que sus propias visceras se convirtieran en sus propias extrañas. Semejante espectaculo de mierda provocó al poeta; se conmovió de nuevo:

Tu cuerpo ha quemado galaxias enteras, creando nebulosas, campos magnetizados y millones de amapolas haciendo el amor con el viento arrastrando con ellas constelaciones...
Tu pelo dirige caminos de tierra mojada, arroyos desnudando una canción que nadie cantará cuando hayamos muerto.


Ciegos y miopes sin gafas. Troleros, malabraristas encantadores. Pero ningún artista, sin duda, cualquiera de ellos hubiera robado aquella esposa y como canibal, despedazándola, hubiera difundido sus saberes y, desde luego, todos los demás hubieran amado aquella canallada inocente. Pero no, está más que claro que ninguno, por ninguna razón, se apareció cual virgen super atrio aquella noche.

Cinco focos rojos iluminan ya la acera medio mojada medio vacía, una mano plantada en el suelo dirige su luz hacia el cielo y una estrella de humo va y se posa en la mano de la actriz, que prende fuego a una fotografía al lado de una alcantarilla, que humea y ese humo molesta al comisario que fumaba, que miraba a la prostituta que, simplemente, paseaba... Sigue haciendo un frío de muerte, la temperatura ha ido bajando pero de allí no se ha movido nadie, mejor, han venido algunos niños... con sus padres, que evitan las preguntas, y los niños piensan: "ojalá yo también pudiera quedarme ahí tirado todo el día" Aun no ha sonado ninguna campana, nadie ha pensado en comer, tampoco han follado nada.
Suena un movil, salta el contestador, y parece que la escena, finalmente.......................................................................................................... no avanza. Vaya.


Sin embargo, oh sorpresa, en un minuto (¿tan solo?) [¡cualquiera!] entre la llegada de los píos pero bárbaros que musitan junto al estanco, la rubia ha abierto un ojo y su pupila señala con crudeza hacia su propio estómago. Luego otro párpado, y otro más... sus lágrimas se han congelado en la comisura de unos abundantes labios rojos (por encima, amoratados por debajo), han quedado allí como perlas de oro y en sus mejillas se desmayan dos manchas, parecen dos nubes verdes que pintó hace años en una de esas tarjetas para el día del padre junto al resto de... Aquellos niños murieron, ella misma los ató,  los cubrió de su propia sangre, luego de fuego y, finalmente, de agua... sí, aquel día también se ahogó con ellos.



Ojalá, en algún momento, tan solo uno de los visitantes de esta casa absurda hubiese dado cuenta del lugar donde habitaba la llama. Nadie preguntó cual era su nombre o porqué se fue sin decir nada. Porqué estuvo ahi tanto tiempo, Porqué un pañuelo bailaba en su rodilla, Si vino en tren, y si Sus manos dibujaban corrientes... ah, ese poeta sigue dandole vueltas pero no advierte que su musa ya ha volado, Escribe solo porque recuerda. Si hubo alguien que le dijo Ella no te ama o si lo vió en una película, ni a ti ni a ninguno de los que ya no podían verla como antes le importaba, la recordaban a Ella y Ella lo olvidó al abrir un ojo, que ya no era su ojo, nadie era ya de nadie y las flores competían por el sol sin querer. 






Por romperme*